¿Cuál es la quinta esencia de la pastelería?

Postres Lácteos: El Corazón de la Repostería

04/06/2025

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Cuando pensamos en el alma de la pastelería, en aquello que define su esencia más pura y tradicional, nuestra mente y paladar viajan inevitablemente hacia un ingrediente fundamental: la leche. Los postres elaborados con leche o sus derivados son la verdadera quinta esencia de este arte culinario. Desde las recetas más antiguas, transmitidas de generación en generación, hasta las creaciones más modernas, la base láctea ha sido el lienzo sobre el cual se han pintado los sabores más reconfortantes y memorables. Esas cremas cocidas con paciencia, esos flanes de textura perfecta y esos arroces melosos nos recuerdan que la simplicidad, cuando se ejecuta con maestría, es la máxima sofisticación.

¿Cuál es la quinta esencia de la pastelería?
Los postres elaborados con leche o con sus derivados son la quinta esencia de la pastelería. Hay pocos postres que no lleven leche o derivados de esta.

La pastelería actual, con toda su innovación y técnica, se nutre de estas recetas de antaño. Son la base, el abecedario del buen repostero. Hoy exploraremos juntos esos pilares golosos, ajustados a paladares modernos, pero manteniendo intacta su alma tradicional. Prepárate para un viaje a través de la cremosidad y el sabor que solo los postres lácteos pueden ofrecer.

Índice de Contenido

El Flan: El Rey Indiscutible del Baño María

Pocos postres evocan una sensación de hogar y celebración como el flan. Su superficie brillante de caramelo líquido y su interior tembloroso y suave son una combinación celestial. El secreto de su textura inigualable reside en una cocción lenta y suave al baño de María, una técnica que distribuye el calor de manera uniforme y evita que los huevos cuajen de forma abrupta. Es un postre que exige paciencia, pero cuya recompensa es sublime.

Ingredientes Clásicos para un Flan Perfecto

  • 1 litro de leche entera
  • 8 huevos frescos (preferiblemente de corral)
  • 150 grs de azúcar blanco
  • El aromatizante elegido (una vaina de vainilla, piel de limón, o una rama de canela)
  • 200 grs de azúcar para el caramelo

Elaboración Paso a Paso

  1. El Caramelo: En una sartén a fuego medio, vierte los 200 grs de azúcar para el caramelo. No remuevas con cuchara, simplemente mueve la sartén ocasionalmente hasta que el azúcar se derrita y adquiera un color ámbar dorado. Vierte con cuidado este caramelo en el fondo del molde o los moldes individuales que vayas a usar, cubriendo toda la base.
  2. La Infusión: Calienta la leche en una olla junto con el aromatizante que hayas elegido (la vaina de vainilla abierta, la piel de limón sin la parte blanca, o la canela). Llévala a ebullición y retírala del fuego. Déjala reposar unos minutos para que los sabores se impregnen bien.
  3. La Mezcla: En un bol grande, bate ligeramente los huevos con los 150 grs de azúcar. No busques incorporar aire, solo mezclar hasta que esté homogéneo.
  4. La Unión: Cuela la leche infusionada para retirar los aromatizantes y viértela poco a poco sobre la mezcla de huevos y azúcar, sin dejar de remover con unas varillas. Esto temperará los huevos y evitará que se cocinen.
  5. El Horneado: Rellena los moldes caramelizados con la mezcla. Coloca los moldes dentro de una bandeja de horno más grande y profunda. Llena la bandeja con agua caliente hasta que cubra la mitad de la altura de los moldes.
  6. La Cocción: Hornea a 160°C en horno precalentado. El tiempo variará según el tamaño del molde, pero suele ser entre 45 y 60 minutos. Sabrás que está listo cuando al pinchar el centro con un palillo, este salga limpio. Deja enfriar completamente antes de desmoldar.

Un Universo de Cremas: Natillas, Crema Frita y Crema Catalana

Si el flan es el rey, las cremas son su corte real. Cada una con su personalidad, comparten una base de leche, yemas y azúcar, pero se diferencian en técnica y resultado final, ofreciendo un abanico de texturas y experiencias.

La Crema Inglesa o Natillas: Suavidad Aterciopelada

La crema inglesa, conocida popularmente en España como natillas, es la delicadeza hecha postre. Es una salsa-crema ligera que no lleva ningún tipo de espesante más allá del poder de las yemas. Su cocción es el punto más crítico; debe cocerse a fuego muy bajo y nunca, bajo ningún concepto, debe hervir, o se cortará. La prueba definitiva de su punto perfecto es cuando la crema es capaz de napar la espátula, es decir, cubrirla con una fina capa.

¿Cuándo abre la pastelería La guinda?
Recógelo en tienda partir de las 12:30h, incluso fines de semana y festivos La Pastelería la Guinda ofrece desde el 1999 una gran variedad de productos elaborados en obrador propio, respetando la tradición y los ingredientes de cada receta. Abierto de martes a domingo, incluido festivos, de 10:30h a 14:00h y de 17:30h a 20:00h

Ingredientes:

  • 1 litro de leche (o 500 ml de leche y 500 ml de nata para mayor cremosidad)
  • De 12 a 15 yemas de huevo
  • 100 grs de azúcar
  • Aromatizante al gusto (vainilla, canela, piel de cítricos)

Elaboración:

  1. Hierve la leche con el aromatizante. Retira del fuego y deja infusionar.
  2. En un bol, blanquea las yemas con el azúcar (batir enérgicamente hasta que la mezcla palidezca y aumente su volumen).
  3. Vierte la leche colada, poco a poco, sobre las yemas sin dejar de remover.
  4. Devuelve la mezcla al fuego, a una temperatura muy baja. Remueve constantemente con una espátula, raspando el fondo, hasta que espese ligeramente y nape la cuchara.
  5. Retira del fuego inmediatamente y enfría rápidamente para cortar la cocción, idealmente colocando el cazo sobre un bol con agua y hielo.

La Crema Frita y la Leche Frita: La Sorpresa Crujiente

Este postre tradicional transforma una crema pastelera densa en un bocado celestial. La crema, una vez fría y sólida, se corta en porciones, se reboza y se fríe, logrando un exterior crujiente y un interior increíblemente cremoso que se deshace en la boca. La principal diferencia entre la crema frita y la leche frita es que esta última, en su receta más purista, no lleva huevos en la masa. La clave aquí es el uso de fécula (como el almidón de maíz) para darle la estructura necesaria para poder cortarla y freírla.

Ingredientes:

  • 1 litro de leche
  • 4 huevos enteros
  • 100 grs de azúcar
  • 125 grs de fécula de maíz
  • Aromatizante (canela y limón son clásicos)
  • Para rebozar: Harina, huevo batido y aceite para freír.
  • Para terminar: Azúcar y canela en polvo.

Elaboración:

  1. Reserva un vaso de leche fría. El resto, ponlo a hervir con los aromatizantes.
  2. En un bol, bate los huevos con el azúcar. Disuelve la fécula en el vaso de leche fría reservado y añádelo a la mezcla de huevos, batiendo bien para que no queden grumos.
  3. Cuela la leche caliente sobre la mezcla anterior, remueve y devuelve todo al fuego.
  4. Cocina a fuego medio-bajo, sin dejar de remover, hasta que la crema hierva y espese considerablemente (unos 5 minutos de hervor).
  5. Vierte la crema en una fuente o cubeta ligeramente aceitada, extendiéndola hasta conseguir un grosor de unos 2-3 cm. Tapa con film transparente a piel (tocando la superficie de la crema) para que no cree costra y deja enfriar en la nevera un mínimo de 12 horas, o hasta que esté completamente firme.
  6. Corta la crema en porciones regulares (cuadrados o rectángulos), pásalas por harina, luego por huevo batido, y fríelas en abundante aceite caliente hasta que estén doradas por ambos lados.
  7. Retíralas a un plato con papel absorbente y, aún calientes, rebózalas en una mezcla de azúcar y canela.

La Crema Catalana: Tradición con un Toque Quemado

Joya de la gastronomía catalana, esta crema es similar a la crema pastelera pero se sirve en cazuelitas de barro individuales y se caracteriza por su inconfundible capa de azúcar caramelizado en la superficie, que se rompe con la cuchara creando un contraste de texturas espectacular. A diferencia de la crème brûlée francesa, la crema catalana se espesa al fuego con fécula de maíz y tradicionalmente se aromatiza con canela y piel de limón.

Ingredientes:

  • 1 litro de leche
  • 10 yemas de huevo
  • 125 grs de azúcar
  • 25 grs de fécula de maíz
  • 2 palos de canela y la piel de un limón
  • Azúcar extra para caramelizar

Elaboración:

  1. Sigue un proceso muy similar al de la crema frita: infusiona la leche con la canela y el limón.
  2. Mezcla en un bol las yemas, el azúcar y la fécula.
  3. Vierte la leche colada sobre la mezcla de yemas y cocina a fuego lento hasta que espese.
  4. Vierte la crema en las cazuelitas de barro individuales y deja enfriar.
  5. Justo antes de servir, espolvorea una capa fina y uniforme de azúcar sobre la superficie y quémala con un soplete de cocina o una pala de quemar tradicional hasta obtener un caramelo crujiente y dorado.

Tabla Comparativa de Cremas Clásicas

PostreIngrediente ClaveTextura FinalPresentación Típica
Natillas (Crema Inglesa)Solo yemas, sin féculaSalsa-crema ligera y fluidaEn cuenco, a menudo con una galleta María
Crema FritaHuevos enteros y féculaFirme para cortar, cremosa por dentro, crujiente por fueraPorciones fritas y rebozadas en azúcar y canela
Crema CatalanaYemas y féculaCremosa y densa, con capa de caramelo crujienteEn cazuela de barro individual con azúcar quemado

Arroz con Leche: El Abrazo de la Abuela en un Postre

Cerramos este recorrido con uno de los postres más universales y queridos. El arroz con leche es pura nostalgia. Su secreto reside en una cocción lenta y en removerlo con cariño para que el arroz suelte su almidón y el resultado sea una textura melosa y no un simple arroz cocido en leche. Cada familia tiene su receta, su punto de dulzor o su toque de canela, pero la esencia es siempre la misma: un postre que reconforta el cuerpo y el alma.

Ingredientes:

  • 1 litro de leche entera
  • 150 grs de arroz (preferiblemente de grano redondo)
  • 175 grs de azúcar
  • 1 rama de canela
  • La piel de ½ limón

Elaboración:

  1. En una olla, pon a hervir la leche junto con la rama de canela y la piel de limón.
  2. Cuando rompa a hervir, añade el arroz (previamente lavado si lo deseas para quitarle parte del almidón superficial, aunque muchos prefieren no hacerlo para un extra de cremosidad).
  3. Baja el fuego al mínimo y cocina durante unos 30-40 minutos, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo.
  4. Cuando el arroz esté tierno y la mezcla haya espesado, añade el azúcar. Cocina 5 minutos más, removiendo para que se disuelva bien.
  5. Retira los aromatizantes y deja enfriar. Puedes servirlo templado o frío, espolvoreado con canela en polvo.

Preguntas Frecuentes sobre Postres Lácteos

¿Puedo usar leche vegetal para estas recetas?

Sí, es posible, pero el resultado variará. Leches como la de avena o almendras pueden funcionar, pero la textura y el sabor no serán idénticos. Es posible que necesites ajustar la cantidad de espesantes (fécula) o azúcar. La leche de coco, por su alto contenido graso, suele dar muy buenos resultados en flanes y cremas.

¿Qué es la pastelería tradicional quiteña?
La pastelería tradicional quiteña es masoza y dulce, el aroma que caracteriza es la del harina, manteca, huevo y azúcar en el horno; los cuatro ingredientes base para cualquier masa, bizcocho o galleta. Si hay que pensar en el pasado, estos eran los insumos básicos de cualquier época, con esto me refiero no solo a Quito sino en el mundo en general.

¿Cómo evito que se corten las natillas?

El truco es el control de la temperatura. Nunca dejes que hierva. Cocina a fuego muy bajo y remueve constantemente. Si ves que va a hervir, retírala del fuego inmediatamente. Enfriarla rápidamente en un baño de agua con hielo al terminar también ayuda a detener la cocción residual.

¿Qué otros aromatizantes puedo utilizar?

¡La creatividad es el límite! Además de la clásica canela, limón y vainilla, puedes probar con piel de naranja, anís estrellado, cardamomo, haba tonka o incluso un chorrito de licor como ron o brandy añadido al final de la cocción.

Estos postres son mucho más que simples recetas; son un legado cultural, un testimonio del ingenio culinario que transforma ingredientes humildes en auténticas obras de arte. Son la prueba de que, en pastelería, las bases lácteas no son solo un ingrediente más, sino el corazón que bombea sabor y tradición a cada cucharada.

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